No sólo existe la mujer maltratada, sino también los hombres maltratados. Ni ellas son tantas, ni ellos tan pocos. En muchos países, el número de hombres que reciben malos tratos de sus parejas es prácticamente similar al de las mujeres, cuando no mayor.
Erradicar la pandemia de la violencia de género es el verdadero reto del siglo XXI, mucho más que cualquier otro tipo de avance científico, cultural o tecnológico. Si la humanidad aprendiera a detectar, parar y prevenir esta enfermedad histórica, se produciría un punto de inflexión en su evolución: el fatuo "homo sapiens" pasaría a ser persona, ser humano.
Es la primera causa de muerte de la mujer en el mundo, pero también es la primera causa generadora de guerras. El niño que crece en el mito de la superioridad del varón frente a la mujer, incorpora a sus más íntimas creencias la de que unos seres son superiores a otros sólo por su sexo. Es fácil extrapolar esta idea a la de superioridad por la raza, por la lengua, etc.
Violencia directa: Es la que realiza un emisor o actor intencionado (en concreto, una persona), y quien la sufre es un ser dañado o herido física o mentalmente. Remitiéndonos a la definición de violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural hablaremos de un abuso de autoridad en el que alguien cree tener poder sobre otro. Generalmente se da en las relaciones asimétricas: el hombre sobre la mujer o el padre sobre el hijo, para ejercer el control. Si bien la más visible es la violencia física, manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y traumatismos), no por ello es la única que se practica.
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1. La violencia está relacionada a múltiples causas y a la interacción entre factores personales, situacionales y socioculturales. Enraizada en las relaciones desiguales entre los géneros que le otorgan mayor poder y valor social a lo masculino sobre lo femenino.
2. Los procesos de socialización de este sistema de relaciones desiguales permiten que algunas leyes y costumbres familiares implícitamente consideren a la mujer propiedad de los hombres jefes de familia, también generan expectativas sociales para que el comportamiento del hombre sea establecer su poder y autoridad a través de la violencia verbal, emocional o física contra la compañera o los hijos e hijas, y muchas veces se enseña y acepta socialmente el ejercicio de la violencia para "mantener a las mujeres bajo control".
3. La violencia siempre contempla el ejercicio del poder y del control de una persona sobre otra. Resulta en daños a la integridad física, sexual, emocional y espiritual de las mujeres, adolescentes y niñez privándoles del ejercicio de derechos fundamentales como la libertad.
Dentro de los tipos de violencia a trabajar se encuentran:
La violencia de género cruza fronteras, edades, razas y posiciones sociales, algunos datos a nivel mundial:
En Nicaragua algunos estudios sobre la problemática han demostrado que la violencia que viven las mujeres, adolescentes, niñas y niños, trae consecuencias no solamente para ellas mismas sino también para las familias, las comunidades y las economías:
Los resultados de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 1998 (ENDESA) que incluyó variables sobre violencia indican que a nivel nacional el 29% de las mujeres entrevistadas ha recibido abuso físico o sexual alguna vez en su vida por parte de sus compañeros. De ellas el 12 % vivió abuso conyugal. El 77 % sufrieron más de un tipo de violencia.
ENDESA también señala que los hijos e hijas de las mujeres que vivían en situación de violencia también sufren los efectos de la violencia, casi el 60% de mujeres que recibieron violencia reportan que sus hijos e hijas estaban presentes o escucharon cuando él la golpeaba.
La tasa de mortalidad infantil y mortalidad en menores de 5 años fue significativa mente mayor entre los hijos e hijas de madres que viven en situación de violencia.
La Policía Nacional reporta que entre 1998 a 1 999, el 10% de las víctimas de delito eran mujeres menores de 18 años de edad y el 42.7% menores de 14.
Según un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, en 1997 en el país, las mujeres que vivían en situación de violencia doméstica utilizaron los servicios de salud con mayor frecuencia, dos veces más que aquellas que no vivieron este tipo de abuso.
El mismo estudio indicó que las mujeres empleadas ganaron 267 millones de córdobas menos debido a la violencia doméstica, aproximadamente 29,5 millones de dólares, lo que equivale al 1.6 % del PIB de Nicaragua en 1996, pérdida que tiene mayor impacto en los sectores más pobres de la sociedad.